Mil veces entre sueños tu figura,
oh bela Ninfa, claramente veo;
y quando más la miro, más deseo
gozar, libre de sueños, su hermosura.

En tanto que este dulce engaño dura,
vivo en la vana gloria que posseo;
mas, quanto alli se eleva mi deseo,
viene a caer despierto en sombra escura.

Dueleme el despertar por contemplarte
que, si bien sé te huelgas de no verme,
huelgome de ser ciego por mirarte.

Mas si quiero de engaños mantenerme,
y tu quieres me pierda por amarte,
sin gran ganancia no podré perderme.

Luís Vaz de Camões
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